Me tiraste al mar - Sebastian Martingaste
Que soy un vagabundo
Dijeron pa' que me dejaras
El no puede ofrecerte nada
El no tiene nada
Hiciste caso a esas palabras
Fueron mas fuertes sus espinas
Pude comprender tu silencio
Sabia que tu me querías
Y fuiste tu
La que sin importante
Me tiraste al mar y jamás
Preguntaste si sabía nadar
Y solo naufragando pude continuar
Pidiendo un salvavidas que
Me iba a buscar a un hombre
Que se muere sin tener razón
Que su único pecado
Fue brindar amor
Que su único tesoro
Fue su corazón
Nunca tuve fortuna
Solo mi nobleza
Nunca tuve la suerte
De tener riquezas
Solo mis virtudes me
Hicieron fuerte
Solo ese cariño grande
Hacía la gente
Y fuiste tu
La que sin importante
Me tiraste al mar y jamás
Preguntaste si sabía nadar
Y solo naufragando pude continuar
Pidiendo un salvavidas que
Me iba a buscar a un hombre
Que se muere sin tener razón
Que su único pecado
Fue brindar amor
Que su único tesoro
Fue su corazón
On ron corazón
La vida gira y tiene cambios
Que uno no esperaba
En otra escena te he encontrado
Y hoy es distinto
Ahora si miras de frente
Ahora si puedes hablarme
Insinuando que te equivocaste
Yo no quiero escucharte vete
Y dile a quién te aconsejo
Que gracias porque interrumpió
La dicha de este vago que creía en amor
Ellos no se imaginan lo que yo te amé
Ellos no se imaginan lo que te adoré
Y diles que en mí mente
No existe el rencor
Que gracias al destino
Encontré otro amor
El que cambió mi suerte
Sin dar condición
Nunca tuve fortuna
Solo mi nobleza
Nunca tuve la suerte
De tener riquezas
Solo mis virtudes me
Hicieron fuerte
Solo ese cariño grande
Hacía la gente
Y fuiste tu
La que sin importante
Me tiraste al mar y jamás
Preguntaste si sabía nadar
Y solo naufragando pude continuar
Pidiendo un salvavidas que
Me iba a buscar a un hombre
Que se muere sin tener razón
Que su único pecado
Fue brindar amor
Que su único tesoro
Fue su corazón
On ron corazón
Acepto mi derrota - Sebastian MartingastePorque si ayer fui el hombre que llenoTu espacio de un amor bonitoHoy resulte ser tan poquitoEntre tus hirientes palabras...